Enséñales a tus hijos en casa lo que sucede en el dentista representando el proceso con sus monitos de peluche. También puedes dejar que los peluches formen parte de la rutina del cepillado diario y el uso del hilo dental. Si traes al mismo peluche cuando visiten al dentista, esto puedes ayudar a facilitar el viaje de la fantasía a la realidad.
Las noticias repentinas pueden ser estresantes para los niños. Háblales sobre la visita previamente para que no se sorprendan y no se sientan abrumados. Mantén la próxima visita al dentista positiva al informar a tu hijo con anticipación y hablar con él o ella sobre sus preguntas. También puedes decirles lo importante que es para ellos cuidar sus dientes. Haz una lista de las pregunta que no puedes contestarles y llévalas contigo para que el dentista pueda responder las preguntas de tu hijo directamente.
Si tus hijos no quieren creer lo que les dices, deja que los libros los convenzan. Dirígete a tu biblioteca local y busca algunos libros para niños sobre el dentista. Incluso puedes reconocer algunos de cuando eras una niña(o).
Si tu o un miembro de tu familia tienen una próxima cita con el dentista, deja que tu hijo te acompañe. Eso les permitirá familiarizarse con las imágenes y los sonidos. Esto puede ayudar a eliminar la parte del misterio y permitirles formar su propia impresión de qué esperar cuando sea su turno.
Tan pronto tu hijo pueda ir al dentista, más cómodo se sentirá con la rutina. Y recuerda que todos en el consultorio del dentista querrán que la visita sea lo más fácil y productiva posible. No estás sola(o) en esto.